Chao amigos

Toñito vuelve a casa después de una larga temporada. Por el camino se quedan anécdotas, nuevos amigos, reencuentro con viejos amigos, media película…

No echaré de menos que estuviera en invierno y que anocheciese a las seis de la tarde, ni la parsimonia con la que te atienden en la hostelería, ni que algún taxista tenga trucado el taxímetro (esto pasa aquí y en todos lados), ni que la planta baja sea el primero, ni que me hurtaran el bolso de la silla del restaurante, que exista un corte de la ternera que se llama pollo ganso…Tampoco echaré de menos la comida del catering, pero sí sus sándwiches al final de la jornada.

Echaré de menos oír responder al celular con un aló, terminar las frases en cachai, poh o hueón, que los tomates siempre te los sirvan pelados, que se dé un sólo beso en la mejilla izquierda, que al coche le digan auto, al ordenador computador, al curro la pega, a reñir retar, al bebé guagua, a la camiseta polera, al bus la micro, a los atascos taco, a las localizaciones locaciones, a la novia polola, al periódico diario, a la gasolina bencina, al melocotón damasco, al dinero plata, al período de pruebas marcha blanca, a la cinta huincha, al cutter tiptop, a la grapadora corchetera … Que algo sea bacán, regio, la raja o rasca, o chanta, de que pase piola, de que esté a la chucha, la concha de su madre, no seas wea… Hacer las cosas al tiro. ¿Qué onda? Saludarse haciendo la V con los dedos, que aquí significa paz…

Echaré de menos a los compañeros y al compañerismo del equipo, a los que me sacaron de paseo y a los que me acogieron. A Crispi (cuídate), a Chechu, a Atienza, a Mike, a David, a Diego. Al doctor López y a Jenny (no sé si es con una o dos enes pero sé que me perdonas). A María Luisa, a Boris, a Chin Chín, a Antonio, A Pablo y al resto de la gran familia Quercia. A Matute, a Sole, a Carlos, a Margarita, a Nico, a Pame, a Carla, a Nata, a Paola, a Fabián y a Sónico. A Pilar y a Don Nelson (qué grande eres. Yo también te echaré de menos). A Gabi, que nació el mismo día y el mismo año que yo y ya me dio mi regalo de cumpleaños: mil gracias. A Felipe, Nelson, Alejandra, Pablo, Mauricio, Jose, Enrique, Felipe, Andrea, Pame, Carmen, Claudia, Karim, Chepo y Dani. Al Negro, a José Luis, a Roberto, al tío Pepe, a the grip-team, a Marcelo, a Lucho, a graba Portocarrero, a Juan Pablo, a Cony, a Juan, a Pingüi, a Alberto y a Gael. Al Pollo, a Elsa, a Javi, a Pinedo, a Willy, a Leo, a Berta, a Walter y a Hernán. A los que siguieron mi blog y a alguno más que seguro me olvido.

Añoraré la omnipresente presencia de la cordillera, los atardeceres de cielo rosado, la impecable señalización de las calles en todos sus cruces, con el sentido de la circulación y los números que comprende cada cuadra.El rock&roll en la van con Mauro, los cafés matutinos en la terraza de enfrente, la cerveza Kultzman Torobayo, los completos del Dominó, la vista desde la azotea de Roger de Flor 2907…

Poco me durará añorar esto. Me faltaba lo más grande: mi Bego y el Román que está en camino.

Y mi familia y mis amigos.

Me tomaré unas cañas a la salud de todos en la calle de los vinos. E iré por la librería Trama y a Lanzós. Y comeré pimientos de Padrón, sardinas y bonito de Burela. Y me pondré chancletas y camisa de manga corta y secaré la ropa al sol y no en la secadora, que encoge todo. Conduciré mi 206, abriré la correspondencia de los bancos, bajaré a comprar El País, comeré en casa… Y quizás alguna verbena, por qué no. Y todo con mi Bego.

Por todo ello, por más y porque sí: Gracias a todos menos al que me robó mi bolsa. Un abrazo enorme.